Polos opuestos, almas gemelas.

Polos opuestos, almas gemelas.

viernes, 29 de marzo de 2013

Capítulo 28: Lucha.

http://data.whicdn.com/images/55688125/200_large.gif
Capítulo 28: Lucha.

Todo el camino de vuelta a casa de Liam estuvimos en silencio escuchando la lluvia chocar en el cristal del audi, y de fondo sonaba 'Always' de Bon Jovi. En algunos semáforos observaba a Liam, que miraba pensativo por la ventana. Me fui fijando en cada detalle de su rostro, repasando toda su figura, que era hermosa y fuerte, aunque tanto como de fuerte y grande era su corazón. Escuché el claxon de un coche interrumpiendo mis pensamientos, pues el semáforo ya se puso en verde. Volví a poner el coche en movimiento y con mucha velocidad crucé aquella larga avenida. Liam se asustó y se agarró a la puerta. Comencé a reír y frené poco a poco hasta llegar a su casa. Aparqué justo en su puerta y nos despedimos. Liam me dio las gracias y se bajó del coche, dejándome sin ninguna explicación sobre su agradecimiento. Cuando entró en casa aceleré y me dirigí a la mía. Guardé el coche en el garaje y entré por la puerta trasera, que daba a la cocina. Mi madre cocinaba pizzas. Me acerqué a ella y le besé en la mejilla. Saludé a mi padre y mi hermano que veían la televisión.

-Sally, he hecho pizzas. ¿Quieres?
-Sabes que no me gustan.
-¿Qué te hago?
-Tranquila, ya me haré algo.
-¿Qué te apetece?
-Creo que un par de filetes de pollo a la plancha.
-Esta bien.

Salí del salón y entré en la cocina para prepararme la cena. Mis padres y mi hermano cenaban antes que yo ya que saben que no soporto el olor de la pizza. Cuando terminé de cocinar lo guardé todo en su sitio y con un vaso de agua y el plato en las manos me senté en la mesa junto con los demás que ya habían terminado de cenar mientras veíamos la televisión. Aguanté las ganas de devolver como pude.

-Sally, mañana son las pruebas, ¿no? -preguntó mi padre.
-Sí, a las 20:45 es la primera.
-¿De verdad que no quieres que te acompañe? -dijo mi hermano.
-No quiero que lo pases mal, mamá sabe como es aquello.
-Es demasiado doloroso, Andrew. Yo no lo puedo soportar.
-Pero es que vas sola...
-Los médicos prefieren que vaya sola. El Jueves por la tarde supongo que estaré aquí.
-Ten mucho cuidado, por favor.
-Lo tendré -sonreí, aunque por dentro tenía mucho miedo.

Terminé de cenar y fregué mis platos y demás. Cuando terminé subí las escaleras y entré en mi habitación. Me quité las vendas de cada muñeca y me las dejé al aire libre para que se sanaran las heridas, ya que más o menos estaban recientes. Las acaricié lentamente intentado no hacerme más daño. Me quité las lentillas y me puse las gafas. Me eché en la cama y me puse a escuchar música en el móvil. Sin darme cuenta mis ojos comenzaron a cerrarse lentamente hasta quedarme completamente dormida.

Al día siguiente me levanté tarde por lo que tuve que entrar a segunda hora. Justo en la hora de Educación Física, aunque el profesor faltó. Aquel era el momento para grabar a Colin y entregar pruebas al director. Coloqué mi móvil en frente de la taquilla de Liam y salí. A los pocos minutos aparecieron Colin y sus amigos riendo. Entré corriendo al vestuario junto a Liam y vimos el vídeo. Habían abierto la taquilla y le habían robado todo el material de natación y habían dejado una nota amenazándole con que no volviera a aprobar. Abracé a Liam y salimos corriendo para enseñárselo al director. Entramos en el instituto y sin avisar entramos en el despacho. El director miraba algunos papeles que tenía encima de su mesa y luego nos miró a nosotros.

-Hola, Brooks, hola Payne. Creo que deberíais estar en clase.
-Ha faltado el señor Williams.
-No importa -volvió a decir el director.
-Bueno, da igual. Te hemos traído una prueba.
-¿De nuevo estáis otra vez con lo mismo?
-Querías pruebas, ¿verdad? Pues aquí tienes.

Desbloqueé mi móvil y le enseñé el vídeo. Me sorprendió muchísimo su reacción al ver el vídeo, como si aún necesitara más pruebas, como si aquel vídeo no le hubiera confirmado nada. Me separé del director sorprendida apagando el móvil y golpeando la mesa.

-Tranquilízate, Brooks.
-¡No puedo! ¿Como quieres que lo haga? Te he traído pruebas y sigues sin creerlo.
-No me valen esas pruebas. Es una broma, se le pone un castigo y listo.
-Mira, director, yo he sufrido acoso escolar durante siete malditos años, se cuando una persona también lo sufre. ¿Ves esto? -dije mientras me levantaba las mangas de mi sudadera para mostrarle mis quemaduras- me apagaban los cigarrillos en el brazo y Liam también las tiene -dije mientras Liam enseñaba las suyas- ¿Crees que yo también me lo he hecho? -El director se quedó callado durante unos segundos- No se merece el puesto que tiene.

Le fulminé con la mirada, cogí la mano de Liam y salimos del despacho dando un portazo. Salí corriendo al jardín mientras limpiaba mis lágrimas. Liam me seguía y me pedía que parase pero yo sólo quería huir y alejarme, por desgracia no podía salir del instituto, ya que estaban las puertas cerradas. Me senté en un banco del final, ya no podía seguir avanzando, Liam se acercó a mí y me abrazó muy fuerte, yo comencé a llorar en su hombro.

-Sally, no llores, por favor. Sé lo que estás haciendo por que toda mi pesadilla acabe, gracias, de verdad, pero no te pongas triste, no quiero que llores. Por favor, quiero que sonrías y seas fuerte, hazlo por mi, ya que yo no puedo, lucha y sonríe, por favor, Sally.
-Pero es que no lo entiendo, Liam. Le he traído pruebas. Sé que en el vídeo no te pegan ni te hacen nada, pero sabiendo todo lo que le hemos dicho que han hecho y ahora le enseñamos esto pues nos debería de creer. Y me duele, Liam, porque sé lo que estás sufriendo, sé que es muy duro. Y no mereces sufrirlo ni un día más.
-He sido fuerte, y voy a serlo hasta el último día.Ya has hecho suficiente y te lo agradezco, muchísimo, de verdad.
-Esto no se va a quedar así, Liam, voy a conseguir pruebas.
-Las tendremos, tranquila, cielo -dijo Liam mientras me abrazaba.

Apoyé mi cabeza en su pecho, escuchando como su corazón latía rápido. Liam colocó su cabeza encima de la mía, y con su mano acariciaba mi espalda. Rodeé su cintura con mis brazos y le susurré varias veces que haría lo que fuera por que su pesadilla acabara de una vez y él de nuevo me daba las gracias por todo. Pero yo sabía lo que era vivir eso, sabía lo que era ser humillada, sentirte la persona más inútil, que no vales para nada, sentirte muy pequeña cuando te insultan o te levantan la mano, yo sabía perfectamente como se sentía Liam, y por eso me dolía tanto. Una voz masculina nos interrumpió. Pude reconocerla. Me separé de Liam y le miré fijamente.

-¿Sally? ¿Qué ocurre? -preguntó Harry preocupado.

Me levanté corriendo y le abracé fuerte. Suspiré mientras apoyaba mi cabeza en su pecho. De nuevo escuché voces que reconocí rápidamente, pues todo los demás se acercaron corriendo para saber que ocurría. Harry y yo nos separamos y le miramos fijamente. Liam se colocó a mi lado y sonrió, igual que yo. Mentimos diciendo que no ocurría nada, y pusimos la excusa de que teníamos que hablar con el director sobre por qué nos saltamos hacía unos días la primera clase.

Las cuatro últimas horas siguientes fueron las más largas en el tiempo que llevaba en aquel instituto. En el almuerzo tanto Liam como yo estábamos totalmente metidos en nuestros pensamientos, cuando nos hablaban nos tenía que llamar por segunda vez, y no hablábamos. Harry sabía que algo ocurría y estaba esperando a que estuviéramos solos. Harry y yo salimos antes del comedor pues teníamos que ir al hospital. Nos despedimos de todos y salimos del comedor. Primero fuimos a casa de Harry para soltar su coche y desde allí nos fuimos directamente a mi pueblo, que aproximadamente eran tres horas de camino.

La mayor parte del tiempo le estuve comentando a Harry todo lo que sucedió aquella mañana en el instituto. Él estaba muy sorprendido, pues llevaba dos años en la clase de Liam, y sabía que algunas veces se reían de él cuando hablaba pero nunca se imaginó que le llegaban a hacer tanto daño. Y él también se unió para sacar pruebas para el director. Cuando nos dimos cuenta ya llegamos al hospital. Aparqué, salí del coche y me acerqué a Harry para entrar juntos en el hospital. Cuando entré la mayoría de los médicos me conocían y se acercaban para hablarle o se quedaban mirándome. Varios me dijeron que estaba más delgada desde que salí y eso pues en parte me alegraron pues yo aún seguía viéndome gorda, pero por parte me preocupaba porque Harry estaba delante. Llegué a la segunda planta para ir a ver a Nicole, pero al final de la planta, en las sillas, observando el pueblo por las grandes ventanas que había en aquella planta se encontraba Andy, como siempre, con su mirada perdida. Sonreí ampliamente al verlo y solté la mano de Harry para acercarme corriendo a él y abrazarle después de tanto tiempo.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Capítulo 27: Fuerza.

http://data.whicdn.com/images/47862000/tumblr_mazjicodpS1rzheqpo1_500_large.gif
Capítulo 27: Fuerza.

(Narra Sally)

En el escaparate de aquella tienda vimos unos hermosos vestidos y eso fue lo que nos hizo decidirnos en entrar para probarnos algunos. Nosotras tres íbamos delante de los chicos, así podríamos hablar de ropa sin aburrirlos. La dependienta se nos acercó cuando nos vio observando los largos vestidos. Danielle cogió uno negro, Ashley uno azul marino y yo uno verde agua que me llamó la atención. Entramos a la vez en los probadores del final de la tienda y a los pocos segundos salí para que tanto la dependienta como los chicos nos dieran su opinión. Abrí la puerta del probador y me recogí un poco el vestido, ya que eran largos hasta los tobillos. Me coloqué al lado de Danielle, que ya había salido del probador, y miré tímida a todos. A los pocos segundos salió Ashley y comenzaron a comentar como nos quedaban los vestidos. Según la opinión de los cuatro nos quedaban bastante bien a las tres. Harry no apartaba la mirada de mi poniéndome cada vez más nerviosa. Mordí mi labio inferior mientras sonreía tímida y entraba de nuevo en el probador de la izquierda. Salí y me acerqué a la dependienta para pagar el vestido.

-¿Cuánto es? -sonreí abriendo mi bolso.
-Ya está pagado -sonrió.
-¿Cómo que ya está pagado?
-Sí, lo pagó él -señaló a Harry.
-Esta bien, gracias.

Me despedí de la dependienta y me acerqué a Harry. Él estaba de espaldas hablando con los demás. Acerqué mi cabeza a su hombro, aunque tuve que ponerme de puntillas, ya que era mucho más alto que yo, besé su hombro y réi, captando su atención. Me acerqué a su oído y le susurré:

-No hacía falta que me compraras nada -sonreí.
-Tenía que comprártelo, estás hermosa con el puesto.
-Gracias -dije tímida.

Harry giró su cabeza y como era más alto, besó mi frente. Salimos de la tienda y seguimos buscando más tiendas para comprarnos todo lo que nos faltaba. La siguiente tienda a la que estramos fue una zapatería, que fue la primera que vimos. Entramos y nos acercamos a la dependienta para explicarle más o menos como queríamos el zapato. La morena le sacó a Danielle unos tacones altos plateados, preciosos, se sentó y se los probó, al levantarse pudimos ver como aquellos zapatos eran perfectos, le hacían unas piernas preciosas. A Ashley le sacó unos negros, un poco más bajos que los negros que me sacó a mí. Me senté al lado de Danielle y me puse los tacones, luego me levanté y me miré en un pequeño espejo que había en frente, la verdad es que me encantaban, eran hermosos, y según los demás me quedaban genial con el vestido. Me los quité y se los devolví a la dependienta para que los guardara en la caja. Ashley no estaba muy convencida, pero al final acabó comprándoselos. Pagamos y nos despedimos de la dependienta. Salimos y entramos en un Starbucks que había cerca de aquel centro comercial. Liam abrió la puerta y nos dejó paso a las tres chicas para que entrarámos primeros. Nos pusimos a hacer cola mientras hablábamos. El chico que estaba delante nuestra se giró muy rápido y chocó con Liam. Éste último se quejó y se tocó el brazo. El chico que le golpeó se quedó un poco extrañado, pues no chocaron tan fuerte como para hacerse daño, aún así, se disculpó y salió del Starbucks. Todos nos quedamos en silencio tras el quejido de Liam, todos le miraban extrañados, excepto Danilelle y yo, que le mirábamos preocupadas, ya que sabíamos la razón de su quejido. El chico que atendía en la caja nos interrumpió, y menos mal, porque alguno ya iba a preguntarle que pasaba. Nos pedimos algunos pasteles y chocolates calientes, excepto Zayn y Danielle que se pidieron café. Nos sentamos y nos repartimos los pasteles, luego ellos comenzaron a comer, yo dejé mi donut de chocolate en el pequeño plato y cogí mi chocolate para intentar beberlo. Hice un esfuerzo y bebí un poco para que no se dieran cuenta de que no quería nada y apreté mis labios. El olor de todas las bebidas y la comida me estaban dando ganas de devolver. Retiré mi donut y lo coloqué en el centro de la mesa llamando la atención de todos.

-¿Quiere alguien mi donut? -dije evitando mirarlo.
-¿No lo quieres? -preguntó Zayn.
-No, es que almorcé mucho y no tengo ganas.
-Pero si no has almorzado en el instituto -dijo Danielle.
-En casa si lo hice, ¿verdad Harry?
-Sí -mintió.
-Ahora vuelvo -dije mientra me levantaba y me dirigía al baño.

Entré corriendo y me coloqué frente al espejo. Encendí el grifo y me eché agua en la cara. Lo cerré y me sequé las manos. Suspiré mientras observaba mi rostro y en mi mente comencé a insultarme a mí misma, como siempre hacía y pensaba. Pues después de tantos años insultándome mucha gente cada día, acabé creyéndome todo lo que me decían. Salí y vi como Liam se levantaba y ser dirigía hacia mí.

-¿Te encuentras bien?
-No, Liam. Necesito irme, estoy a punto de devolver, no aguanto -dije mientras disimulada y me tapaba la boca.
-Esta bien, vámonos.
-Chicos, tengo que irme, me han llamado y no puedo quedarme.
-Vale, pues no vamos contigo -dijo Ashley.

Salí la primera de allí y cuando ya nos encontrábamos en la calle pude respirar con normalidad. Pude notar como Liam me miraba a veces y con la mirada me preguntaba si me encontraba mejor, yo asentía sonriente a lo que me él me respondía con una sonrisa. Llegamos a donde estaban aparcados el coche y la moto. Nos montamos como en el principio y nos fuimos. Zayn y Ashley se fueron y yo llevé a cada uno a su casa, según me pillaba de cerca de aquella zona, Liam fue el último. Aparqué el coche justo en frente de su casa y giré mi cabeza para mirarle.

-No quiero ir a mi casa...
-¿Por qué? -me preguntó extrañado.
-Porque estarán mis padres y me preguntarán si he comido, donde he ido, si me he tomado los medicamentos, y demás...
-¿Y lo has hecho? -dijo Liam serio. Agaché mi cabeza y negué triste- ¿Y por qué?
-¿Te parece que nos vayamos a un sitio mejor?
-Claro, vamos.

Puse el coche en funcionamiento y nos dirigimos a aquel campo a las afuera de Londres que tanto me gustó. Durante el camino estuvimos los primero minutos en silencio, aunque no era incómdo, sólo escuchábamos la canción que sonaba en la radio, que era 'Fuckin' perfect' de P!nk. Amaba esa canción, pues me sentía muy identificada. Al acabar la canción Liam rompió el silencio.

-Sally, le conté a mi padres lo que me pasa en el instituto.
-Sí, lo sé. ¿Pasó algo?
-Y no se ha arreglado nada.
-Se arreglará, Liam. Yo misma voy a dar las pruebas.
-Hoy lo pasé muy mal... -su voz sonaba muy triste.
-No quería hablar del tema, porque yo tuve mucho miedo. No quería ni imaginar lo que me querían hacer.
-Lo siento...
-¿Por qué?
-No te pude ayudar.
-Lo intentaste, Liam. No importa -dije mientras aparcaba el coche, pues ya habíamos llegado- eran dos y tú uno.
-De verdad que cuando me dijeron aquello, fue como si me hubiera quedado sordo, no escuchaba. Cuando me pediste ayuda y te vi así, sin camiseta y ellos tocándote cada parte del cuerpo, de verdad, que me gustaría no haberte visto. Me dolió tanto... Jamás se me olvidará aquella imagen.
-A mí tampoco este día, lo pasé muy mal, no quería imaginar que me querían hacer, que se les pasaba por la mente...

Liam se giró y me abrazó fuerte. Un nudo se formó en mi garganta. Cuando nos separamos salimos del coche y lo cerré. Nos sentamos en el césped, justo al lado del coche, uno en frente del otro. Liam miró todo nuestro alrededor, pude notar en su rostro como le gustaba, luego me miró a mí, y me miró intrigado esperando que le contara qué le quería decir..

-Liam, mañana por la noche dormiré en un hospital de mi pueblo, me harán unas pruebas.
-¿Por qué? ¿Qué pruebas?
-Para la anemia. Son unas pruebas muy fuertes. Por lo que tendré que ir sola.
-Si quieres puedo ir contigo.
-No. Al día siguiente hay clase.
-No importa -dijo encogiéndose de hombros.
-De verdad que no, no lo podrías aguantar, verme todo lo que me hacen, mis padres tampoco vienen porque no sorportan estar allí.
-Pero, ¿qué te hacen?
-Entre más o menos cuatro médicos, dos me agarran para que no de patadas ni puñetazos y otros comienzan a pincharme por todos los brazos -dije mientras me levantaba las mangas de la sudadera para enseñarle todo las heridas de las agujas.
-Dios mio, pero si te pinchan porque tienes heridas así.
-No me pinchan como imaginas. Tienen que hacerlo fuerte, no sé como explicarte, me clavan la aguja, y el líquido duele muchísimo, incluso los médicos tienen que cerrar los ojos porque no pueden ni mirar como me pongo.
-Sé fuerte, Sally. Pronto saldrás de esto.

Dijo Liam mientras me volvía a abrazar. Cerré los ojos mientras le abraza para evitar que las lágrimas nublasen mis púpilas una vez más. Sabía que él se imaginaba unas pruebas distintas, dolorosas, pero ni la mitad de lo que realmente era.


sábado, 2 de marzo de 2013

Capítulo 26: Pelea.


Capítulo 26: Pelea.

Comencé a nadar rápido, detrás de Harry, intentando esquivar a los demás que nadaban detrás de mí. Llegué al bordillo y el profesor nos explicó a todos lo que teníamos que hacer durante esa clase, cuando terminó de explicar, Harry se puso conmigo para la prueba y cuando el profesor tocó el pito, ambos nos tiramos al agua de cabeza y nadando nos dirigimos hasta la otra punta. Harry llegó un poco antes que yo, pero al menos había aprobado aquella prueba. Estuve sentado en el bordillo viendo a las chicas como competían. Los que ya habían terminado las pruebas se podían ir a ducharse y vestirse. Entré en el vestuario buscando mis chanclas, pero no las encontraba. Salí, de nuevo entré en la piscina y allí estaban debajo el pequeño banquillo blanco donde estaban las toallas. No había nadie, ningún monitor y ya habían cerrado el agua. Me iba a poner las chanclas cuando noté como me cogían del brazo y me tiraban al agua. Alguien cayó a mi lado y me cogió de la cabeza hundiéndome. Intenté mover los brazos y las piernas para golpearle, pero no lo conseguí. Ya apenas tenía aire. Comencé a tragar agua cuando escuché a alguien gritar. Los que me agarraban la cabeza salieron corriendo de la piscina y me dejaron allí tirado. Estaba inconsciente y comencé a hundirme. La persona que gritó se metió en el agua y me sacó como pudo. Estaba tumbado en el suelo, con una chica a mi lado, intentando sacar todo el agua que había tragado. Era una monitora, ya que tenía puesto un bañador rojo. La chica con sus dos manos apretaba mi pecho y poco a poco iba volviendo a respirar. Escuché a alguien pronunciar mi nombre, giré mi cabeza, ya que me encontraba un poco mejor, pero me costaba respirar, Sally corría hacia mí. Se puso a mi lado y noté como sus ojos estaban húmedos, intenté sonreír para no preocuparla, pero no lo conseguí. Cerró sus ojos y apretó sus puños, y sin decir nada salió corriendo de la piscina. Me levanté del suelo, pero me mareé y la chica que se encontraba a mi lado me agarró del brazo, cuando más o menos me encontraba bien, salí de la piscina a buscar a Sally. Me vestí lo más rápido posible y luego llegué al gimnasio a buscarla. Allí estaba rodeada de tres chicos, uno de ellos, Colin. La escuchaba gritar y a ellos reír, me acerqué con miedo a ellos. Sally me miró a los ojos, pidiéndome que no me acercara con la mirada, pero no quería que le hicieran daño.

-¡Dejadla! -grité.
-Anda, mira quien está aquí -dijo Colin acercándose- pensaba que te habías quedado tirado en la piscina.
-Pues aquí me ves. Soy más fuerte que tú, Colin. Mucho más fuerte, no me vas a hacer daño, nunca más.
-¿Sabes? Tengo la moto aquí aparcada, también tengo unas cuerdas, justo para tus muñecas, si quieres luego podemos jugar -dijo riendo. El miedo me venció y agaché mi cabeza.

Sally comenzó a gritar, escuchaba golpes, pero apenas los escuchaba, como si estuviera sordo. El miedo me venció, pero escuché como Sally gritaba que no le quitaran la ropa, Sally pedía ayuda pero me sentía inmóvil, mis piernas no se movían y no parpadeaba. Escuché como por tercera vez Sally me pedía ayuda, aquella vez fue cuando reaccioné. Levanté la cabeza y ella estaba sin camiseta, ellos jugaban con ella, y si supiera que la vería así, no hubiera levantado la cabeza, pero algo me dio fuerza. Vi la cara de Sally mientras lloraba y gritaba para que le ayudara, apartaba a los chicos con las manos, pero ellos eran tres y mientras dos la agarraban el otro le quitaba la ropa. Su mirada triste me dolió tanto que fue lo que me dio fuerza para luchar contra ellos, o eso intenté. Me acerqué a Colin que le quitaba los pantalones de gimnasia a Sally. Le quité las manos y le di una patada en el costado, él se cayó al suelo y uno de los otros soltó a Sally y se acercó a mí para golpearme en la cara. Caí al suelo y mi cabeza chocó con el suelo, sin darme cuenta mis ojos comenzaron a cerrarse y poco a poco dejé de escuchar.

(Narra Harry)

Esperaba a Sally y Liam junto a Zayn, Ashley y Danielle. No llegaban y el timbre ya había tocado, no nos importaba perdernos la otra clase, ya que nos aburría muchísimo a los cuatro. Escuchamos unos gritos y era la voz de Sally, sin duda la reconocí. Miré a los chicos un poco extrañado, salí corriendo y entré en el gimnasio seguido por los demás, que estaban igual de preocupados que yo. Cuando entramos nos encontramos a Liam tirado en el suelo, con sangre y tres chicos rodeaban a una chica, sin duda era mi chica, mi Sally. Salí corriendo junto a Zayn, apreté mis puños y con todos mis fuerzas golpeé a Colin en la cara. Su ceja comenzó a sangrar, vi como Zayn iba a por el otro y Danielle y Ashley intentaban parar al otro. Sally salió corriendo y a los pocos segundos apareció con un algodón en la mano, y se lo acercó a Liam a la nariz. Éste abrió los ojos lentamente y ambos fueron a llamar a algunos monitores. Entre tres nos separaron y nos llevaron a la enfermería del instituto.

-¡Chicos! Pero, ¿qué os ha pasado? -preguntó el doctor Williams.
-Nada, sólo una pelea -dijo Colin.
-Una pelea bastante grave, ¿no?
-Tampoco tanto -dijo Zayn encogiéndose de hombros.
-Las chicas están bien, sólo los chicos están heridos.
-¿Me podéis explicar que es lo que ha pasado? -preguntó el director mientras entraba.
-Sólo ha sido una pelea, como la que hay todos los días, ya sabes... Colin y Harry se pelearon por Sally -dijo Liam mintiendo. Estaba deseando reír por la absurda mentira que dijo Liam, pero el director acabó colando.
-¿De verdad? -rió- No me sean infantiles.
-Lo siento, director, Sally es tan irresistible -dijo Colin riendo. Lo fulminé con la mirada.
-Te quieres callar de una vez -dije apretando mis puños.
-Tranquilo, Harry -dijo Sally agarrándome del hombro.

Cuando el doctor miró a todos salimos de la enfermería y seguimos al director hasta dirección. Pude notar como Liam y Sally no hablaron durante todo el tiempo que estuvimos allí, y me extrañó, pero no le di importancia. El director nos castigó, entre los nueve teníamos que montar el baile de primavera y después limpiarlo todo si no queríamos quedarnos sin baile. Asentimos, aunque Colin y los otros dijeron que no iban a hacer nada. Me tenían muy cansado estos tres y no me podía aguantar para darle una buena paliza, pero no podía hacerlo.

Las clases acabaron y cada uno nos fuimos a casa, excepto yo que me fui con Sally, ya que iba a estar con ella hasta que llegaran los demás. Íbamos a ir todos juntos con las chicas a que se compraran el vestido para el baile de primavera, estaba deseando ver a Sally con el puesto. Entramos en su casa, no había nadie. Ella suspiró y entró en la cocina para leer la nota que le dejó su madre en la mesa. No la leí, pero vi como ella abría el frigorífico, cogía el plato de comida y lo tiraba entero a la basura junto con la nota. El plato lo dejó en el fregadero y salió de la cocina. La seguí y entramos en su habitación. Soltamos las mochilas detrás de su puerta y nos sentamos en su escritorio para hacer los pocos deberes que teníamos aquel día. Noté como el labio me comenzaba a doler, me acerqué el dedo a la herida y vi que tenía sangre. Sally me miró un poco preocupada y entró en el baño, luego apareció con una pequeña caja blanca. Me senté en la cama y ella se colocó delante de mi para curarme el labio. Me acercó el algodón al labio y el líquido, me dolía mucho. Me quejé y me retiré.

-Harry, no duele.
-Claro que duele.
-Si te pones así, te dolerá más.

Suspiré y volví a colocarme bien. Mientras ella me daba despacio en el labio con el pequeño algodón me fijé en su rostro. Sus ojos no parpadeaban y sus boca estaba entreabierta, como solían hacer las chicas cuando se maquillaban. Intenté sonreír pero me comenzó a doler de nuevo. Tenía ganas de besarla pero sabía que me iba a doler y tuve que aguantarme. Suspiré y dejé que terminara. Ella me colocó una especie de tirita para que no echara más sangre. Me molestaba, pero era mucho mejor así. Cuando más o menos dejé de sangrar nos pusimos de nuevo a repasar las derivadas, ya que ese Viernes teníamos un examen muy importante de ese tema. Era para el primer examen que me esforzaba tanto. El timbre de la casa sonó, Sally miró por el balcón y bajó corriendo, luego escuché las voces de los demás. Cerré los libros, cogí mi móvil y salí de la habitación. Saludé a los demás y salimos de la casa. Danielle, Liam y yo íbamos en el coche de Sally, y Ashley y Zayn iban en la moto de éste último. Llegamos al centro comercial, íbamos detrás de las chicas, dejando que ellas hablaran entre ellas y corriendo entraran en la primera tienda que les gustaba. Cogieron varios vestidos cada una, nosotros tres nos sentamos en unos sillones que habían en la tienda justo al lado de los probadores. Primero salió Danielle con un vestido azul marino hermoso, le quedaba genial, pero yo sólo quería ver a Sally y su hermoso vestido verde agua que me cortó la respiración.

martes, 26 de febrero de 2013

Capítulo 25: Tormenta.

http://data.whicdn.com/images/22059399/tumblr_lykqzcvoxX1r5dgp2o1_500_large.gif
Capítulo 25: Tormenta.

Despacio me acerqué al balcón mientras me alejaba el móvil del oído. Corriendo abrí las cortinas y las ventanas y salí al balcón, apoyé mis manos en la barandilla y miré hacia abajo. Ahí se encontraba Harry con el móvil en la mano, observándome sonriente, sonreí al verlo a él. Volví a acercarme el móvil al oído cuando vi que él hablaba. Me pidió que le abriera la puerta de casa, asentí con la cabeza mientras le observaba y corriendo salí de mi habitación. Bajé corriendo las escaleras y crucé el salón. Suspiré y abrí la puerta de la entrada, salí al jardín y luego abrí la puerta pequeña blanca que nos separaba en aquel momento. En cuanto la puerta dejó de separarnos me lancé para abrazarlo fuerte, muy fuerte. El rió mientras pasaba sus fuertes brazos por mi cintura. Sonreí mientras cerraba los ojos lentamente. La voz de mi hermano nos interrumpió.

-¿Sally? -dijo él abriendo la puerta de la entrada.
-Andrew, ¿qué pasa?
-Te escuché correr por las escaleras, y me había asustado.
-Tranquilo, sólo fue porque llamaron a la puerta. Él es Harry, un amigo -sonreí.
-Soy Andrew, su hermano -dijo mientras se saludaban con un apretón de mano.
-Encantado -sonrió Harry separándose- ¿Puedo llevármela a pasear? -preguntó Harry.
-Claro -sonrió mi hermano- Pero cuídala bien...
-Lo haré.
-Sally ten mucho cuidado, ¿te has llevado los medicamentos?
-Los guardaré ahora en el bolso, tranquilo -sonreí.

Andrew asintió con la cabeza y suspiró preocupado. Dejé a los dos solos en el jardín y entré corriendo en la casa, subí las escaleras de dos en dos y entré en mi habitación. Cogí un bolso del vestuario y salí. Guardé las llaves de casa, el móvil, y todos los medicamentos que me hacían falta.
Cuando estaba segura de que ya estaba todo guardado salí de la habitación y bajé las escaleras. Mi hermano se encontraba aún en el jardín hablando con Harry, escuché como le pedía por favor a Harry que me cuidara bien, y que estuviera atento a cada cosa que comía. No le dejé que siguiera hablando y salí de casa interrumpiendo.

-Ya estoy lista, ¿vamos?
-Vamos -sonrió Harry.
-Dile a mamá que salí a dar un paseo, que no se preocupe.
-Si te encuentras mal, no dudes en llamarme, ¿sí? -dijo mi hermano antes de darme un beso en la frente.
-Lo haré. Hasta luego, Andrew.

Salí de casa y paseamos por cerca de aquella zona. Harry estuvo unos minutos pensativo, totalmente perdido en tus pensamientos, sin mirarme, ni hablarme. Le miré un poco preocupada, seguro que mi hermano le dijo algo que no debía, que yo no le conté... Me paré y le agarré del brazo, ya que ni se dio cuenta de que me detuve. El me miró un poco extrañado. Era de noche y hacía mucho frío, el cielo estaba nublado como cada noche en Londres, apenas había luz en aquella calle, sólo alumbraban las pocas farolas y la luz de la luna. Harry parpadeó varias veces seguidas.

-¿Qué te ocurre, Harry? -pregunté.
-Eso te lo tendría que preguntar yo a ti, ¿no?
-¿Qué dices?
-¿Por qué se preocupan tanto por ti? ¿Por qué tantos medicamentos?
-Harry ya sabes el por qué.
-No, no lo sé. Me dijiste que te recuperaste.
-Y me recuperé.
-No me mientas, Sally.
-¡Harry no quiero que lo sepas! -grité.
-¿Por qué?
-Es muy duro. Cuando me recupere te lo contaré, ahora no puedo hacerlo.
-¿Me lo prometes?
-Te lo prometo.

Harry me abrazó muy fuerte. Le devolví el abrazo cuando una gota cayó en mi rostro, miré al cielo, y muchas otras comenzaron a caer. Harry me cogió del brazo y nos escondimos en el primer lugar con techo que vimos. Hacía mucho frío y mis labios temblaban, Harry al verme se quitó su chaqueta para colocármela por encima. Estuvimos unos minutos allí sentados bajo aquel techo, con mucho frío. Estábamos abrazados, poco a poco yo entraba en calor, pero Harry no, sus labios estaban morados y tiritaba. Saqué mis manos de los bolsillos y las puse en sus mejillas, me acerqué a él corriendo y le besé. Nuestros labios se movían a la vez. Los labios de Harry estaban congelados, aunque poco a poco comenzaron a coger un poco de calor. Sin darnos cuenta dejó de llover, corriendo nos levantamos y salimos corriendo de allí, dirigiéndonos a mi casa, que por suerte no estaba muy lejos de aquella zona. Harry tenía que volver andando a casa, y después de la tormenta, decidí llevarlo yo a casa. Puse la calefacción del coche y nos dirigimos a su casa. Poco a poco el frío se iba. Harry me preguntó por el coche y le expliqué que antes de llegar a Londres conseguí el carnet de conducir, y como me dijo Louis, también quería conducirlo. Entre risas llegamos a su casa, al llegar estuvimos unos segundos observando al frente, sin decir nada, en silencio, Harry fue el primero que se giró y me miró sonriente. Le imité y me acerqué a él lentamente para darle un corto beso. Harry sonrió y salió del coche. Cuando entró en su casa puse el coche en funcionamiento y me dirigí a la mía.

Entré en casa y saludé a mis padres y a mi hermano que cenaban en el salón. Sin cenar subí a mi habitación, preparé la ropa para el día siguiente y me puse un pijama. Estuve sentada en la ventana, detrás del cristal, observando la lluvia de aquella noche. Y como el cielo se iluminaba cuando sonaba la tormenta, luego caía mucha más agua. Estaba apoyada en la pared, abrazando mis piernas y la cabeza apoyada en el cristal, observando la lluvia, pero también mi reflejo en la ventana. Alguien llamó a la puerta, giré mi cabeza y le pedí que entrara. Era mi madre, abrió un poco la puerta y se asomó.

-Buenas noches, Sally -sonrió ella.
-Buenas noches, mamá -sonreí.

Ella cerró la puerta sonriente y volví a mirar como las gotas de agua chocaban con el cristal y descendían rápidamente una al lado de la otra, como si de una carrera se tratara. Me bajé de la ventana y dejé las cortinas abiertas, para poder ver desde la cama como llovía. Me tumbé en la cama y sin darme cuenta me quedé dormida, muy rápido.

(Narra Liam)

Me despedí de mi madre y abrí mi paraguas antes de salir del coche. Cerré la puerta del coche y observé como un audi a1 rojo entraba en el aparcamiento, nunca había visto ese coche por allí, pero para mi sorpresa la chica que se bajó del coche era Sally. Cogió su mochila y abrió su paraguas mientras se dirigía sonriente hacia mí. Le besé la mejilla y juntos nos fuimos al gimnasio, donde nos esperaba el profesor para irnos a la piscina cubierta. Aquel día comenzaba la natación... Cuando nosotros llegamos ya estaban algunos allí. Entramos con el profesor en la piscina y nos enseñó donde estaban los vestuarios de chica y donde los de chicos. Entré despacio en el de chicos, estaban todos allí, y me fulminaban con la mirada. Pasé de ellos y me acerqué a Harry y Zayn que se encontraban en el final. Ellos me saludaron y estuvimos hablando hasta que tuvimos que entrar en la piscina. Las chicas ya se encontraban nadando en el agua, el profesor aún no había llegado. De uno en uno nos fuimos tirando a la piscina. Primero lo hizo Harry, luego Zayn, y tercero yo, aunque yo no me tiré, Colin que se encontraba detrás me empujó sin dejarme espacio en el agua, por lo que al caer Zayn tuvo que intentar nadar rápido, lo consiguió, pero yo me golpeé en la cabeza y ahí comenzó mi pesadilla.

miércoles, 13 de febrero de 2013

Capítulo 24: Sonrisas.

Capítulo 24: Sonrisas.

(Narra Harry)

Sally estuvo unos segundos observándome fijamente, sin apartar sus hermosos ojos de los mios, parpadeando rápidamente, lamiendo sus dulces labios una y otra vez, haciendo que mi corazón latiera muy rápido. Ella sonrió tímida, mientras agachaba su cabeza y cerraba sus ojos. Esbocé una tímida sonrisa contagiada por la suya. Todo el mundo había desparecido, sólo estábamos ella y yo, no había nadie que nos pudiera molestar, aquel momento era sólo nuestro. Ella levantó su cabeza y me miró sonriente, haciendo que mi sonrisa se ampliara aún más haciendo que un hoyuelo se formara en mi mejilla. Ella lo notó y su mirada se dirigió a éste. Se iba acercando muy despacio, mis labios dejaron de sonreír y me puse muy nervioso, el corazón me latía a mil por hora y todo era por tenerla tan cerca, sus labios ya chocaban con los mios. Sin darme cuenta sus labios acariciaban lentamente los míos, se movían a la vez, pude notar como Sally sonreía entre nuestros labios. Sonreí también y junto nuestros labios una vez más, pero no duró tanto, pues Zayn comenzó a aplaudir y a silbar junto con los demás que nos acompañaban en la mesa. Sally se separó tímida y agachó su cabeza, pude ver como sus mejillas tomaban un color rojo haciéndola adorable. Pasé mi brazo izquierdo por sus hombros y la abracé, ella apoyó su cabeza en mi hombro mientras reía.

(Narra Sally)

Salí corriendo del instituto y me dirigí a casa, pues estaba deseando ver mi coche. Entré corriendo en casa y solté mi mochila en la puerta de entrada. Entré en el salón y abracé corriendo a mi madre que estaba sentada en el salón observándome sonriente. Besé su mejilla y almorzamos juntas. Mi madre sabía perfectamente que no estaba almorzando en el comedor, ya que habló con mi tutor, y me obligaba a comer un poco en casa... Durante la comida, intentaba no mirar mucho a mi madre y deseaba que ella no me miraba a mi tampoco. Disimulaba como podía el asco, aunque no podía aguantar más, miré el plato una vez más y lo aparté, corriendo me levanté de la silla y entré en el baño. Me puse de rodillas y comencé a vomitar todo lo que había comido durante el día. Tenía mi mano en mi estómago. Mi madre entró en el baño y se acercó a mi. Cuando por fin acabé, pedí a mi madre que me dejara sola, ella obedeció. Me levanté del suelo y me miré en el espejo, estaba pálida, no parecía yo. Me lavé los dientes, me lavé la cara y salí del baño. Mi madre me esperaba sentada en el sofá del salón, muy nerviosa.

-Lo siento... -dije con un hilo de voz.
-Sally, me dijiste que no lo volverías a hacer.
-Tú no me entiendes -dije sentándome a su lado.
-Claro que te entiendo.
-¡No! Tú crees que para mí comer es fácil, pero no lo es. No sabes lo que es aguantar el olor a la comida, ir por la calle y que en un restaurante huela a comida, y tú tenerte que tapar la boca porque vomitas allí mismo... ¿Crees que yo quiero esto? Claro que no lo quiero, yo no lo hago queriendo...
-¿Te lo has vuelto a provocar? -dijo mi madre agarrándome la mano para mirarme los dedos.
-No -dije señalando mis marcas en mis dedos índices y corazones de cada mano.
-Tus marcas aún siguen... El médico dijo que si tenías esas marcas era porque te lo provocabas. -Sabes que antes lo hacía, y las marcas aún no se han quitado, estas tampoco -dije enseñándole mis cortes.

Mi madre apartó la mirada y me tapó los cortes de nuevo con la manga de la camiseta sin mirar. Me pidió que por favor no se las enseñara, pues aún le dolía verlas, tanto como a mí... pero lo hice, y me arrepiento, pero los hice por desesperación... Me coloqué bien las pulseras con las que intentaba ocultar los cortes y permanecimos un par de minutos en silencio, hasta que la puerta de casa se abrió interrumpiéndonos. Era mi padre con la llave de mi coche en la mano. Corriendo me dirigí a él nerviosa y lo abracé lo más fuerte que pude. Me dio las llaves y salimos los tres de casa para ver el coche. Era un hermoso audi a1 rojo. Sorprendida corriendo me dirigí a él y lo puse en funcionamiento. Me despedí de mis padres con la mano desde el coche y comencé a conducir. Era bastante bueno, y se agarraba bien a la carretera, iba muy segura. Sin darme cuenta había salido de Londres, me encontraba a las afueras, era un sitio hermoso. Muy verde, con grandes árboles y un gran camino de tierra. Cuando vi que sólo me encontraba yo sóla en aquella zona, aceleré. Siempre me encantó la velocidad. Estaba muy atenta a la carretera, cuando vi que estaba comenzando a correr demasiado y a soltar toda mi rabia, paré poco a poco, hasta quedar parada en medio de todo el campo. Le di un golpe al volante y apoyé mi cabeza en éste. Suspiré y salí del coche. Me dirigí al árbol más cercano al coche y me senté, apoyando mi espalda en el tronco. Y allí estuve casi toda la tarde, totalmente metida en mis pensamientos, perdida en mi mundo, pensando y pensando... cosas buenas y malas, más malas que buenas, pero así eran casi todos los días, no había día en que no pensara en cosas malas. Pero cuando vi que de nuevo un desagradable nudo se formaba en mi garganta, me levanté del césped y volví al coche. Lo puse en funcionamiento y volví a dirigirme a la ciudad.

Tardé un poco en encontrar la ciudad, pues no recordaba muy bien el camino. Cuando llegué era la hora de la cena. Aparqué el coche y me bajé. Louis también llegaba a su casa, se bajó de su coche y me miró un poco extrañado. Se acercó a mi sin dejar de mirar mi coche. Riendo me acerqué a él y le besé la mejilla.

-Buenas noches -sonreí.
-Buenas noches -sonrió Louis- ¿Desde cuando conduces?
-Desde hace medio año, creo.
-Me encanta. Me tienes que dejar algún día conducirlo -dijo rodeando el coche.
-Cuando quieras -reí- me tengo que ir. Adiós, Louis.

Sonreí despidiéndome con la mano. Antes de irme, Louis agarró mi muñeca y tiró de mi para que volviera a mi sitio de antes. Le miré un poco extrañada, él comenzó a reír.

-Te recuerdo que el Jueves es el teatro.
-No lo olvido. ¿A qué hora es?
-Es a las 18:30.
-Allí estaré en la primera fila, con varios tomates -dije riendo.
-¡Sally! -dijo Louis sorprendido.
-Es broma -sonreí- Pero sí que estaré en la primera fila. Seguro que os saldrá genial.
-Eso espero. Bueno, me voy yo también. Hablamos mañana. Adiós, Sally.
-Adiós, Louis.

Dije mientras me giraba sonriente. Abrí la pequeña puerta del jardín, y lo cruce. Saqué las llaves de mi bolso y entré en casa. Para mi sorpresa no había nadie en casa, sólo mi hermano, ya que escuchaba Nirvana a todo volumen como siempre lo ponía cuando estaba solo en casa. Subí las escalera y le avisé de que ya había llegado a casa. Me sonrió y siguió haciendo deberes. Cerré la puerta de su habitación y entré en la mía. Solté la llaves del coche y de la casa en el escritorio y colgué el bolso en el vestuario. Mi móvil comenzó a sonar, salí corriendo del vestuario y lo cogí. Era Harry.

-¡Te extraño! -me gritó en cuanto descolgué. Reí.
-Yo también.
-¿Sabes qué me gustaría?
-¿Qué?
-Darte un beso ahora.
-Pues sí, a mi también -dije sonriendo a lo bajo.
-Asómate al balcón.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Capítulo 23: Estoy enamorado de tu sonrisa.

http://data.whicdn.com/images/51478592/tumblr_inline_mhqi4hxDWh1rd8zda_large.gif
Capítulo 23: Estoy enamorado de su sonrisa.

(Narra Liam)

Miré un par de veces a Colin, que me miraba con odio, lo que me producía mucho más miedo, no pude mirar al hombre que daba la charla, ni tampoco al director, y mucho menos a Colin. Estuve toda la hora observando a la nada. En cuanto el timbre sonó, Sally se levantó corriendo de la clase y salió. Todo el mundo estaba callado. Sally iba muy cabreada, lo podía ver en su rostro. Estaba seguro que iba a hablar con el director, ya que el tiempo que estuvo en la charla lo estuvo fulminando con la mirada.

Salí corriendo detrás de Sally, ante la atenta mirada de toda la clase. Ya todos se encontraban en los pasillos y miraban a Sally. Yo corría detrás de ella, pero se me adelantó y cuando estaba a punto de alcanzarla ya había cerrado la puerta de dirección de un portazo. Me senté en el banco que había justo al lado de dirección. En mis rodillas apoyé mis codos y me tapé la cara con las manos suspirando. Estuve allí un par de minutos. Iba a entrar cuando escuché a Sally gritar. Me levanté pero el profesor de Educación Física me interrumpió.

-Hola, Liam -sonrió- ¿Qué haces aquí?
-Estoy esperando a Sally.
-¿La chica nueva? Es muy buena jugando al baloncesto. Espero que en natación sea igual de buena, te recuerdo que empezamos mañana.

Sonrió mientras entraba en la sala de profesores. Me quedé mudo. Odiaba la natación, Colin y los demás siempre me hundían hasta el momento en el que ya no aguantaba más y comenzaba a ahogarme. Las manos me comenzaron a temblar, y volví a sentarme, pero escuché a Sally gritar de nuevo, así que corriendo me levanté del banco y entré en dirección sin avisar. Sally se quedó callada igual que el director, que levantó la cabeza para mirarme. Cerré la puerta a mis espaldas y me coloqué junto a Sally. Que me agarró la mano con fuerza.

(Narra Sally)

En cuanto terminó la charla salí corriendo de la clase, la primera, estaba deseando hablar con el director. Crucé el pasillo corriendo, todo el mundo me miraba. Estaba muy enfadada, lo que no iba a permitir es que Colin le hiciera más daño a Liam. Ante la atenta mirada de medio instituto crucé el pasillo y llegué a dirección. Escuchaba unos pasos detrás de mi, pero no me iba a parar para saber quien era. Entré en dirección y cerré de un portazo. El director que estaba de espaldas, se giró sorprendido. Le miraba muy enfadada, y él se levantó corriendo.

-Brooks, pensaba que estaba en la charla. Toma asiento.
-No quiero sentarme -dije seca.
-Esta bien... -dijo sorprendido mientras él se sentaba lentamente- ¿Qué quieres?
-En este centro se sufre bullying.
-No es cierto, Brooks.
-¡He dicho que en este centro se sufre bullying! -grité interrumpiendo al director.
-No hace falta que grite.
-¿Qué no hace falta? Ayer un chico vino diciendo que sufría bullying, le enseño las heridas y aún no le cree.
-Brooks, necesito pruebas.
-Esas son pruebas suficientes.
-No lo son. No sé si esas heridas realmente se lo han hecho los demás.
-¿Crees que se lo ha hecho él mismo? -volví a gritar.

La puerta de dirección se abrió dejando al director con la palabra en la boca. No me giré para ver quien era, pero sabía perfectamente que era Liam. Cerró la puerta segundos después y despacio se puso a mi lado. Le miré y le agarré la mano, intentando transmitirle toda mi fuerza. Liam agachó la cabeza y suspiró. Levantó la cabeza y durante unos segundos estuvo mirando fijamente al director.

-No sé que hacer para que me creas.
-Necesito pruebas, Liam, ya lo he dicho.
-¡¿Pero, no tiene s...
-Espera, Sally -dijo Liam interrumpiéndome. Suspiré fulminando con la mirada al director- Te he enseñado mis heridas y moretones, ¿que más necesitas?
-Mm... vídeos, o que ellos mismo me lo confirmen.
-Eso nunca lo harán -interrumpí- Esta bien, grabaré. Que sepas que Liam ha sufrido mucho y cuando por fin lo confiesa, ¡usted no le cree! ¿Sabes todo lo que ha sufrido? -dije comenzando a cabrearme. Liam me agarró de nuevo la mano para tranquilizarme- Sabes que Liam es un chico estupendo, con buenas notas, jamás ha dado problemas en el instituto, ¿y aún así no le cree?
-Lo siento, Brooks. Te lo voy a repetir mil veces, pero necesito pruebas.

Apreté mis puños y mientras suspiraba golpeaba la mesa fuerte. Liam me pidió que me tranqulizara pero este hombre me ponía de los nervios. Volví a fulmirarlo con la mirada y sin decir nada salí de dirección dando un portazo. Entré en la clase y miré con odio a Colin que reía mientras hablaba con Dylan. Suspiré y miré a suelo para que no sospechara nada. Unas ganas horrorosas de acercarme a él y comenzar a hacerle todo y cada cosa que le hizo a Liam se apoderaron de mi. Pero el profesor estaba delante y me miraba extrañado. Liam entró en clase y colocó su mano en mi hombro. Le sonreí y nos sentamos cada una en nuestra silla. Y así pasamos las tres últimas horas. En cuanto sonó el timbre, todos nos levantamos corriendo. Ya todos se habían ido, sólo quedábamos, Harry, Liam, Danielle, Zayn, Ashley y yo. Colgué mi mochila en los hombros y salí de clase detrás de Liam. Entramos en el comedor y nos sentamos en la mesa donde nos habíamos estado sentado los seis estos últimos días. Yo estaba sentada entre Harry y Danielle. Todos hablaban entre ellos, excepto Harry y yo, que estaba totalmente metida en mis pensamientos y Harry estaba concentrado en su comida. Todos tenían su bandeja con su comida, yo sólo cogí un zumo natural. Giré mi cabeza y miré a Harry. El me miró y me sonrió, quería hablar con él, dejar de pensar en Liam.

-Mañana voy a ir a comprarme el vestido para el baile de primavera -dije lo primero que me pasó por la cabeza.
-¿Tienes ya alguno pensado? -me preguntó él sonriente.
-Me gustaría que fuera largo y verde agua -reí- Cuando fui a comprarme el vestido para la fiesta vi uno precioso.
-Seguro que compres el que te compres estarás preciosa.
-No lo creo -dije mientras sonreía.
-¿Recuerdas cuando te presentaste en clase el primer día y cuando te ibas a sentar saludaste a Danielle y le sonreíste?
-Mm... sí.
-Justo en ese momento fue cuando me enamoré de tu sonrisa.

jueves, 31 de enero de 2013

Capítulo 22: Pruebas.

http://25.media.tumblr.com/tumblr_m386ztmwJc1rux44lo1_500.gif
Capítulo 22: Pruebas.

(Narra Liam)

Empecé a rebobinar la cinta de todo lo que había pasado como si de una película se tratase. Esta vez tenía a alguien que pudiera confirmar mi caso, Sally y Danielle. Lo primero que hice fue mirar a mi familia y, a pesar de saber que les iba a haer un daño tremendo, les conté todo lo que en el fondo imaginaban desde hacía tiempo. Mientras me escuchaban notaba como sus ojos se humedecían y la mayoría de las veces en las que le confesaba cada cosa que me hacían se tapaban la boca y cerraban los ojos fuerte evitando mirar mis heridas por todo el cuerpo. Era incapaz de mirarles a la cara cuando hablaba, el dolor en sus ojos me estaba destrozando más de lo que ya lo estaba. En las pocas veces en las que les miraba pude ver como mi padre tenía la boca muy tensa y los puños apretados, mis hermanas no me miraban, sólo lloraban en silencio y escuchaban atentamente cada palabra que salía con dolor de mi boca, y mi madre, me tenía las manos cogidas entre las suyas, para darme fuerza, para que, como siempre hace, no olvidara que ella siempre estaba a mi lado.

En cuanto terminé de contarles todo, sin dejarme ningún detalle, corriendo vinieron todos a abrazarme y a darme todas sus fuerzas, apoyo y cariño. No hablaron mucho conmigo, pues corriendo fuimos al instituto para hablarlo con el director, poco a poco esto iba acabando, o al menos eso creía yo...

En cuanto llegamos al instituto, aparcamos y corriendo nos bajamos del coche. Mi padre lo cerró y ante la antenta mirada de todos los que se encontraban a esa hora allí entramos en el instituto. Pedimos permiso para poder entrar a dirección y cuando nos dejaron pasar, entramos. El director nos recibió de mala gana, transmitía aburrimiento y cansancio.

-Quiero que escuche antentamente lo que Liam va a decirle, porque de aquí nos vamos a la policía para poner una denuncia contra varios alumnos -dijo mi padre.
-No se altere, señor Payne, pero para que vea que entiendo su nerviosismo voy a escucharle a usted y a su hija con mucha atención.

Y de nuevo empecé a relatarle desde el principio las cosas que me habían pasado dentro y fuera del centro, con nombres y apellidos de cada uno de los agredores, con fechas, con datos, con nombres de testigos y personas que sabían todo lo que me había ocurrido durante aquellos dos años. En mi voz se notaba como me estaba liberando de una enorme peso, un enorme peso que no me había dejado vivir durante mucho tiempo, era como si al fin pudiera respirar... Mis hermanas lloraban asustadas, y mis padres intentaban no llorar, aunque podía ver como a mi madre se le humedecían los ojos por cada cosa que contaba. Le conté todo al director, igual que lo hice con mis padres, él me escuchaba atento e incrédulo. Cuando me pareció que había terminado con todo, me quedé callado, esperando a que alguien dijese algo.

-Lo que estás diciendo es muy grave... -dijo el director al fin- Este tema es bastante serio como para que sea una broma... Porque no sólo te estás metiendo tu en esto, si no a otras persona, y para eso hace falta tener pruebas que lo puedan justificar.
-¿Crees que es mentira todo lo que ha dicho? -dijo mi padre enfadado.
-No estoy diciendo que es mentira, sólo digo que necesito pruebas, sólo eso. Así que, por ahora, lo tendré en cuenta, pero necesito pruebas.

Mi padre lo fulminó con la mirada, me agarró de la mano y tiró de mi para salir de dirección. El director intentaba pararnos, pero no le escuchamos, salimos del instituto y volvimos a montarnos en el coche. En cuanto mi padre lo puso en funcionamiento nos dirigimos a la comisaría de polícia.

-Vengo a poner una denuncia porque mi hijo ha sido víctima de acoso con amenazas y agresiones por parte de varias compañeros de su clase.

El funcionario que se encontraba a nuestro lado recogiendo todos los datos de las denucias, levantó la cara del papel y nos miró sorprendido. Él comenzó a pedir datos para analizar la denuncia. Dejé que mi padre hablara sólo esta vez con el policía. Agaché mi cabeza suspirando. Pude notar como mi hermana Ruth se acercaba a mi y me abraza fuerte, le devolví el abrazo rompiendo a llorar. Confesarlo era lo que tendría que haber hecho, ¿o no?

(Narra Sally)

A la mañana siguiente mi hermano me llevó al instituto, y era la última vez pues mi padre ya me había comprado el audi a1 en rojo que le pedí cuando me saqué el carnet de conducir. Me despedí de mi hermano y me bajé del coche, entré al jardín y me encontré a Liam que entraba con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón beige y su cabeza agachada. Me acerqué a él un poco preocupada ya que le notaba un poco raro. Me puse a su lado sonriente y le saludé.

-Buenos días, Liam -dije sonriente.
-Buenos días, Sally -dijo él con una sonrisa forzada.
-Te noto raro, ¿ocurre algo?
-No quiero hablar aquí -dijo mirando a nuestro alrededor.
-No puedes dejarme ahora con la intriga. Vamos a saltarnos la primera clase.
-Esta bien -dijo Liam.

Agarré la mano de Liam y salimos corriendo del jardín. Cuando ya estábamos fuera nos dirigimos a una cafetería que había cerca de aquella zona así podríamos desayunar y hablar tranquilamente. Entramos en la cafetería y los dos pedimos café. Cogimos una mesa en la segunda planta, coloqué mi mochila en los pies de la silla y me senté en frente de Liam. Bebí un poco de café y levanté mi cabeza para poder mirarle fijamente.

-¿Qué ha pasado? -pregunté.
-Les he contado a mis padres lo que me pasaba.
-¡¿Lo has hecho?! -grité sin importarme los demás. Liam me puso la mano en la boca- Lo siento.
-No importa -dijo riendo- Sí, lo conté ayer al llegar del almuerzo.
-¿Y qué pasó? No fue tan malo, ¿verdad? ¿Te quitaste un gran peso de encima?
-Sí... Aunque pensé que iba a ser más fácil.
-¿Por qué? ¿No hablaste con el director y denunciaste?
-Sí, sí que lo hice. Pero el director no me creía.
-¿Qué? ¿Cómo que no te cree? ¿No le enseñaste las heridas?
-Sí, pero dice que no hay más pruebas, que no se sabe sin me lo han hecho ellos.
-Pero, ¿qué clase de director es? Liam, has denunciado, ¿no?
-Sí -asintió él varias veces con la cabeza.
-Yo soy testigo, así que hablaré con el director y con quien haga falta.
-No te va a creer, Sally. No hay pruebas...
-Pero, es que no entiendo como que no hay pruebas. Liam, tienes heridas por todas partes, ¿ese cree que te lo has hecho tú? -dije comenzando a ponerme nerviosa. Él me miró triste y se encogió de hombros.

Me levanté de la silla y abracé a Liam con todas mis fuerzas. Iba a hacer lo que fuera por que esto acabara de una vez, los grabaría, buscaría un abogado, lo que fuera. Miré a Liam a los ojos que estaban húmedos, como la mayoría de las veces. Estuvimos un tiempo más hablando y cuando faltaban minutos para que terminara la primera hora, nos dirigimos al instituto. Entramos en la clase y nos encontramos con el director. Le pedimos permiso para entrar y nos sentamos en nuestro sitio. Miré al director con odio, y él no apartó la mirada de Liam. Me senté en mi asiento e intenté entender de que hablaba el director. Él volvió a repetir lo que pasaba, luego entró un hombre a clase con un maletín y un vídeo, que puso en la pequeña televisión que había en la clase. ''BULLYING'' ponía con letras grandes en la pantalla de la televisión.

-Bien, hoy quería venir a hablaros sobre el acoso escolar -dijo el señor mirándonos fijamente a todos.

Miré un segundo a Liam, que comenzó a ponerse nervioso y miró a Colin que lo miraba con odio. Suspiré y noté como mi boca se tensaba. Durante toda la charla no pude dejar de observar a Liam y noté como él observaba con miedo a Colin y al director. Me imaginaba lo peor, y era que con esto Colin podría haber descubrierto que Liam lo había contado, y podía ir a hacerle más daño.