Polos opuestos, almas gemelas.

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viernes, 29 de marzo de 2013

Capítulo 28: Lucha.

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Capítulo 28: Lucha.

Todo el camino de vuelta a casa de Liam estuvimos en silencio escuchando la lluvia chocar en el cristal del audi, y de fondo sonaba 'Always' de Bon Jovi. En algunos semáforos observaba a Liam, que miraba pensativo por la ventana. Me fui fijando en cada detalle de su rostro, repasando toda su figura, que era hermosa y fuerte, aunque tanto como de fuerte y grande era su corazón. Escuché el claxon de un coche interrumpiendo mis pensamientos, pues el semáforo ya se puso en verde. Volví a poner el coche en movimiento y con mucha velocidad crucé aquella larga avenida. Liam se asustó y se agarró a la puerta. Comencé a reír y frené poco a poco hasta llegar a su casa. Aparqué justo en su puerta y nos despedimos. Liam me dio las gracias y se bajó del coche, dejándome sin ninguna explicación sobre su agradecimiento. Cuando entró en casa aceleré y me dirigí a la mía. Guardé el coche en el garaje y entré por la puerta trasera, que daba a la cocina. Mi madre cocinaba pizzas. Me acerqué a ella y le besé en la mejilla. Saludé a mi padre y mi hermano que veían la televisión.

-Sally, he hecho pizzas. ¿Quieres?
-Sabes que no me gustan.
-¿Qué te hago?
-Tranquila, ya me haré algo.
-¿Qué te apetece?
-Creo que un par de filetes de pollo a la plancha.
-Esta bien.

Salí del salón y entré en la cocina para prepararme la cena. Mis padres y mi hermano cenaban antes que yo ya que saben que no soporto el olor de la pizza. Cuando terminé de cocinar lo guardé todo en su sitio y con un vaso de agua y el plato en las manos me senté en la mesa junto con los demás que ya habían terminado de cenar mientras veíamos la televisión. Aguanté las ganas de devolver como pude.

-Sally, mañana son las pruebas, ¿no? -preguntó mi padre.
-Sí, a las 20:45 es la primera.
-¿De verdad que no quieres que te acompañe? -dijo mi hermano.
-No quiero que lo pases mal, mamá sabe como es aquello.
-Es demasiado doloroso, Andrew. Yo no lo puedo soportar.
-Pero es que vas sola...
-Los médicos prefieren que vaya sola. El Jueves por la tarde supongo que estaré aquí.
-Ten mucho cuidado, por favor.
-Lo tendré -sonreí, aunque por dentro tenía mucho miedo.

Terminé de cenar y fregué mis platos y demás. Cuando terminé subí las escaleras y entré en mi habitación. Me quité las vendas de cada muñeca y me las dejé al aire libre para que se sanaran las heridas, ya que más o menos estaban recientes. Las acaricié lentamente intentado no hacerme más daño. Me quité las lentillas y me puse las gafas. Me eché en la cama y me puse a escuchar música en el móvil. Sin darme cuenta mis ojos comenzaron a cerrarse lentamente hasta quedarme completamente dormida.

Al día siguiente me levanté tarde por lo que tuve que entrar a segunda hora. Justo en la hora de Educación Física, aunque el profesor faltó. Aquel era el momento para grabar a Colin y entregar pruebas al director. Coloqué mi móvil en frente de la taquilla de Liam y salí. A los pocos minutos aparecieron Colin y sus amigos riendo. Entré corriendo al vestuario junto a Liam y vimos el vídeo. Habían abierto la taquilla y le habían robado todo el material de natación y habían dejado una nota amenazándole con que no volviera a aprobar. Abracé a Liam y salimos corriendo para enseñárselo al director. Entramos en el instituto y sin avisar entramos en el despacho. El director miraba algunos papeles que tenía encima de su mesa y luego nos miró a nosotros.

-Hola, Brooks, hola Payne. Creo que deberíais estar en clase.
-Ha faltado el señor Williams.
-No importa -volvió a decir el director.
-Bueno, da igual. Te hemos traído una prueba.
-¿De nuevo estáis otra vez con lo mismo?
-Querías pruebas, ¿verdad? Pues aquí tienes.

Desbloqueé mi móvil y le enseñé el vídeo. Me sorprendió muchísimo su reacción al ver el vídeo, como si aún necesitara más pruebas, como si aquel vídeo no le hubiera confirmado nada. Me separé del director sorprendida apagando el móvil y golpeando la mesa.

-Tranquilízate, Brooks.
-¡No puedo! ¿Como quieres que lo haga? Te he traído pruebas y sigues sin creerlo.
-No me valen esas pruebas. Es una broma, se le pone un castigo y listo.
-Mira, director, yo he sufrido acoso escolar durante siete malditos años, se cuando una persona también lo sufre. ¿Ves esto? -dije mientras me levantaba las mangas de mi sudadera para mostrarle mis quemaduras- me apagaban los cigarrillos en el brazo y Liam también las tiene -dije mientras Liam enseñaba las suyas- ¿Crees que yo también me lo he hecho? -El director se quedó callado durante unos segundos- No se merece el puesto que tiene.

Le fulminé con la mirada, cogí la mano de Liam y salimos del despacho dando un portazo. Salí corriendo al jardín mientras limpiaba mis lágrimas. Liam me seguía y me pedía que parase pero yo sólo quería huir y alejarme, por desgracia no podía salir del instituto, ya que estaban las puertas cerradas. Me senté en un banco del final, ya no podía seguir avanzando, Liam se acercó a mí y me abrazó muy fuerte, yo comencé a llorar en su hombro.

-Sally, no llores, por favor. Sé lo que estás haciendo por que toda mi pesadilla acabe, gracias, de verdad, pero no te pongas triste, no quiero que llores. Por favor, quiero que sonrías y seas fuerte, hazlo por mi, ya que yo no puedo, lucha y sonríe, por favor, Sally.
-Pero es que no lo entiendo, Liam. Le he traído pruebas. Sé que en el vídeo no te pegan ni te hacen nada, pero sabiendo todo lo que le hemos dicho que han hecho y ahora le enseñamos esto pues nos debería de creer. Y me duele, Liam, porque sé lo que estás sufriendo, sé que es muy duro. Y no mereces sufrirlo ni un día más.
-He sido fuerte, y voy a serlo hasta el último día.Ya has hecho suficiente y te lo agradezco, muchísimo, de verdad.
-Esto no se va a quedar así, Liam, voy a conseguir pruebas.
-Las tendremos, tranquila, cielo -dijo Liam mientras me abrazaba.

Apoyé mi cabeza en su pecho, escuchando como su corazón latía rápido. Liam colocó su cabeza encima de la mía, y con su mano acariciaba mi espalda. Rodeé su cintura con mis brazos y le susurré varias veces que haría lo que fuera por que su pesadilla acabara de una vez y él de nuevo me daba las gracias por todo. Pero yo sabía lo que era vivir eso, sabía lo que era ser humillada, sentirte la persona más inútil, que no vales para nada, sentirte muy pequeña cuando te insultan o te levantan la mano, yo sabía perfectamente como se sentía Liam, y por eso me dolía tanto. Una voz masculina nos interrumpió. Pude reconocerla. Me separé de Liam y le miré fijamente.

-¿Sally? ¿Qué ocurre? -preguntó Harry preocupado.

Me levanté corriendo y le abracé fuerte. Suspiré mientras apoyaba mi cabeza en su pecho. De nuevo escuché voces que reconocí rápidamente, pues todo los demás se acercaron corriendo para saber que ocurría. Harry y yo nos separamos y le miramos fijamente. Liam se colocó a mi lado y sonrió, igual que yo. Mentimos diciendo que no ocurría nada, y pusimos la excusa de que teníamos que hablar con el director sobre por qué nos saltamos hacía unos días la primera clase.

Las cuatro últimas horas siguientes fueron las más largas en el tiempo que llevaba en aquel instituto. En el almuerzo tanto Liam como yo estábamos totalmente metidos en nuestros pensamientos, cuando nos hablaban nos tenía que llamar por segunda vez, y no hablábamos. Harry sabía que algo ocurría y estaba esperando a que estuviéramos solos. Harry y yo salimos antes del comedor pues teníamos que ir al hospital. Nos despedimos de todos y salimos del comedor. Primero fuimos a casa de Harry para soltar su coche y desde allí nos fuimos directamente a mi pueblo, que aproximadamente eran tres horas de camino.

La mayor parte del tiempo le estuve comentando a Harry todo lo que sucedió aquella mañana en el instituto. Él estaba muy sorprendido, pues llevaba dos años en la clase de Liam, y sabía que algunas veces se reían de él cuando hablaba pero nunca se imaginó que le llegaban a hacer tanto daño. Y él también se unió para sacar pruebas para el director. Cuando nos dimos cuenta ya llegamos al hospital. Aparqué, salí del coche y me acerqué a Harry para entrar juntos en el hospital. Cuando entré la mayoría de los médicos me conocían y se acercaban para hablarle o se quedaban mirándome. Varios me dijeron que estaba más delgada desde que salí y eso pues en parte me alegraron pues yo aún seguía viéndome gorda, pero por parte me preocupaba porque Harry estaba delante. Llegué a la segunda planta para ir a ver a Nicole, pero al final de la planta, en las sillas, observando el pueblo por las grandes ventanas que había en aquella planta se encontraba Andy, como siempre, con su mirada perdida. Sonreí ampliamente al verlo y solté la mano de Harry para acercarme corriendo a él y abrazarle después de tanto tiempo.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Capítulo 27: Fuerza.

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Capítulo 27: Fuerza.

(Narra Sally)

En el escaparate de aquella tienda vimos unos hermosos vestidos y eso fue lo que nos hizo decidirnos en entrar para probarnos algunos. Nosotras tres íbamos delante de los chicos, así podríamos hablar de ropa sin aburrirlos. La dependienta se nos acercó cuando nos vio observando los largos vestidos. Danielle cogió uno negro, Ashley uno azul marino y yo uno verde agua que me llamó la atención. Entramos a la vez en los probadores del final de la tienda y a los pocos segundos salí para que tanto la dependienta como los chicos nos dieran su opinión. Abrí la puerta del probador y me recogí un poco el vestido, ya que eran largos hasta los tobillos. Me coloqué al lado de Danielle, que ya había salido del probador, y miré tímida a todos. A los pocos segundos salió Ashley y comenzaron a comentar como nos quedaban los vestidos. Según la opinión de los cuatro nos quedaban bastante bien a las tres. Harry no apartaba la mirada de mi poniéndome cada vez más nerviosa. Mordí mi labio inferior mientras sonreía tímida y entraba de nuevo en el probador de la izquierda. Salí y me acerqué a la dependienta para pagar el vestido.

-¿Cuánto es? -sonreí abriendo mi bolso.
-Ya está pagado -sonrió.
-¿Cómo que ya está pagado?
-Sí, lo pagó él -señaló a Harry.
-Esta bien, gracias.

Me despedí de la dependienta y me acerqué a Harry. Él estaba de espaldas hablando con los demás. Acerqué mi cabeza a su hombro, aunque tuve que ponerme de puntillas, ya que era mucho más alto que yo, besé su hombro y réi, captando su atención. Me acerqué a su oído y le susurré:

-No hacía falta que me compraras nada -sonreí.
-Tenía que comprártelo, estás hermosa con el puesto.
-Gracias -dije tímida.

Harry giró su cabeza y como era más alto, besó mi frente. Salimos de la tienda y seguimos buscando más tiendas para comprarnos todo lo que nos faltaba. La siguiente tienda a la que estramos fue una zapatería, que fue la primera que vimos. Entramos y nos acercamos a la dependienta para explicarle más o menos como queríamos el zapato. La morena le sacó a Danielle unos tacones altos plateados, preciosos, se sentó y se los probó, al levantarse pudimos ver como aquellos zapatos eran perfectos, le hacían unas piernas preciosas. A Ashley le sacó unos negros, un poco más bajos que los negros que me sacó a mí. Me senté al lado de Danielle y me puse los tacones, luego me levanté y me miré en un pequeño espejo que había en frente, la verdad es que me encantaban, eran hermosos, y según los demás me quedaban genial con el vestido. Me los quité y se los devolví a la dependienta para que los guardara en la caja. Ashley no estaba muy convencida, pero al final acabó comprándoselos. Pagamos y nos despedimos de la dependienta. Salimos y entramos en un Starbucks que había cerca de aquel centro comercial. Liam abrió la puerta y nos dejó paso a las tres chicas para que entrarámos primeros. Nos pusimos a hacer cola mientras hablábamos. El chico que estaba delante nuestra se giró muy rápido y chocó con Liam. Éste último se quejó y se tocó el brazo. El chico que le golpeó se quedó un poco extrañado, pues no chocaron tan fuerte como para hacerse daño, aún así, se disculpó y salió del Starbucks. Todos nos quedamos en silencio tras el quejido de Liam, todos le miraban extrañados, excepto Danilelle y yo, que le mirábamos preocupadas, ya que sabíamos la razón de su quejido. El chico que atendía en la caja nos interrumpió, y menos mal, porque alguno ya iba a preguntarle que pasaba. Nos pedimos algunos pasteles y chocolates calientes, excepto Zayn y Danielle que se pidieron café. Nos sentamos y nos repartimos los pasteles, luego ellos comenzaron a comer, yo dejé mi donut de chocolate en el pequeño plato y cogí mi chocolate para intentar beberlo. Hice un esfuerzo y bebí un poco para que no se dieran cuenta de que no quería nada y apreté mis labios. El olor de todas las bebidas y la comida me estaban dando ganas de devolver. Retiré mi donut y lo coloqué en el centro de la mesa llamando la atención de todos.

-¿Quiere alguien mi donut? -dije evitando mirarlo.
-¿No lo quieres? -preguntó Zayn.
-No, es que almorcé mucho y no tengo ganas.
-Pero si no has almorzado en el instituto -dijo Danielle.
-En casa si lo hice, ¿verdad Harry?
-Sí -mintió.
-Ahora vuelvo -dije mientra me levantaba y me dirigía al baño.

Entré corriendo y me coloqué frente al espejo. Encendí el grifo y me eché agua en la cara. Lo cerré y me sequé las manos. Suspiré mientras observaba mi rostro y en mi mente comencé a insultarme a mí misma, como siempre hacía y pensaba. Pues después de tantos años insultándome mucha gente cada día, acabé creyéndome todo lo que me decían. Salí y vi como Liam se levantaba y ser dirigía hacia mí.

-¿Te encuentras bien?
-No, Liam. Necesito irme, estoy a punto de devolver, no aguanto -dije mientras disimulada y me tapaba la boca.
-Esta bien, vámonos.
-Chicos, tengo que irme, me han llamado y no puedo quedarme.
-Vale, pues no vamos contigo -dijo Ashley.

Salí la primera de allí y cuando ya nos encontrábamos en la calle pude respirar con normalidad. Pude notar como Liam me miraba a veces y con la mirada me preguntaba si me encontraba mejor, yo asentía sonriente a lo que me él me respondía con una sonrisa. Llegamos a donde estaban aparcados el coche y la moto. Nos montamos como en el principio y nos fuimos. Zayn y Ashley se fueron y yo llevé a cada uno a su casa, según me pillaba de cerca de aquella zona, Liam fue el último. Aparqué el coche justo en frente de su casa y giré mi cabeza para mirarle.

-No quiero ir a mi casa...
-¿Por qué? -me preguntó extrañado.
-Porque estarán mis padres y me preguntarán si he comido, donde he ido, si me he tomado los medicamentos, y demás...
-¿Y lo has hecho? -dijo Liam serio. Agaché mi cabeza y negué triste- ¿Y por qué?
-¿Te parece que nos vayamos a un sitio mejor?
-Claro, vamos.

Puse el coche en funcionamiento y nos dirigimos a aquel campo a las afuera de Londres que tanto me gustó. Durante el camino estuvimos los primero minutos en silencio, aunque no era incómdo, sólo escuchábamos la canción que sonaba en la radio, que era 'Fuckin' perfect' de P!nk. Amaba esa canción, pues me sentía muy identificada. Al acabar la canción Liam rompió el silencio.

-Sally, le conté a mi padres lo que me pasa en el instituto.
-Sí, lo sé. ¿Pasó algo?
-Y no se ha arreglado nada.
-Se arreglará, Liam. Yo misma voy a dar las pruebas.
-Hoy lo pasé muy mal... -su voz sonaba muy triste.
-No quería hablar del tema, porque yo tuve mucho miedo. No quería ni imaginar lo que me querían hacer.
-Lo siento...
-¿Por qué?
-No te pude ayudar.
-Lo intentaste, Liam. No importa -dije mientras aparcaba el coche, pues ya habíamos llegado- eran dos y tú uno.
-De verdad que cuando me dijeron aquello, fue como si me hubiera quedado sordo, no escuchaba. Cuando me pediste ayuda y te vi así, sin camiseta y ellos tocándote cada parte del cuerpo, de verdad, que me gustaría no haberte visto. Me dolió tanto... Jamás se me olvidará aquella imagen.
-A mí tampoco este día, lo pasé muy mal, no quería imaginar que me querían hacer, que se les pasaba por la mente...

Liam se giró y me abrazó fuerte. Un nudo se formó en mi garganta. Cuando nos separamos salimos del coche y lo cerré. Nos sentamos en el césped, justo al lado del coche, uno en frente del otro. Liam miró todo nuestro alrededor, pude notar en su rostro como le gustaba, luego me miró a mí, y me miró intrigado esperando que le contara qué le quería decir..

-Liam, mañana por la noche dormiré en un hospital de mi pueblo, me harán unas pruebas.
-¿Por qué? ¿Qué pruebas?
-Para la anemia. Son unas pruebas muy fuertes. Por lo que tendré que ir sola.
-Si quieres puedo ir contigo.
-No. Al día siguiente hay clase.
-No importa -dijo encogiéndose de hombros.
-De verdad que no, no lo podrías aguantar, verme todo lo que me hacen, mis padres tampoco vienen porque no sorportan estar allí.
-Pero, ¿qué te hacen?
-Entre más o menos cuatro médicos, dos me agarran para que no de patadas ni puñetazos y otros comienzan a pincharme por todos los brazos -dije mientras me levantaba las mangas de la sudadera para enseñarle todo las heridas de las agujas.
-Dios mio, pero si te pinchan porque tienes heridas así.
-No me pinchan como imaginas. Tienen que hacerlo fuerte, no sé como explicarte, me clavan la aguja, y el líquido duele muchísimo, incluso los médicos tienen que cerrar los ojos porque no pueden ni mirar como me pongo.
-Sé fuerte, Sally. Pronto saldrás de esto.

Dijo Liam mientras me volvía a abrazar. Cerré los ojos mientras le abraza para evitar que las lágrimas nublasen mis púpilas una vez más. Sabía que él se imaginaba unas pruebas distintas, dolorosas, pero ni la mitad de lo que realmente era.


sábado, 2 de marzo de 2013

Capítulo 26: Pelea.


Capítulo 26: Pelea.

Comencé a nadar rápido, detrás de Harry, intentando esquivar a los demás que nadaban detrás de mí. Llegué al bordillo y el profesor nos explicó a todos lo que teníamos que hacer durante esa clase, cuando terminó de explicar, Harry se puso conmigo para la prueba y cuando el profesor tocó el pito, ambos nos tiramos al agua de cabeza y nadando nos dirigimos hasta la otra punta. Harry llegó un poco antes que yo, pero al menos había aprobado aquella prueba. Estuve sentado en el bordillo viendo a las chicas como competían. Los que ya habían terminado las pruebas se podían ir a ducharse y vestirse. Entré en el vestuario buscando mis chanclas, pero no las encontraba. Salí, de nuevo entré en la piscina y allí estaban debajo el pequeño banquillo blanco donde estaban las toallas. No había nadie, ningún monitor y ya habían cerrado el agua. Me iba a poner las chanclas cuando noté como me cogían del brazo y me tiraban al agua. Alguien cayó a mi lado y me cogió de la cabeza hundiéndome. Intenté mover los brazos y las piernas para golpearle, pero no lo conseguí. Ya apenas tenía aire. Comencé a tragar agua cuando escuché a alguien gritar. Los que me agarraban la cabeza salieron corriendo de la piscina y me dejaron allí tirado. Estaba inconsciente y comencé a hundirme. La persona que gritó se metió en el agua y me sacó como pudo. Estaba tumbado en el suelo, con una chica a mi lado, intentando sacar todo el agua que había tragado. Era una monitora, ya que tenía puesto un bañador rojo. La chica con sus dos manos apretaba mi pecho y poco a poco iba volviendo a respirar. Escuché a alguien pronunciar mi nombre, giré mi cabeza, ya que me encontraba un poco mejor, pero me costaba respirar, Sally corría hacia mí. Se puso a mi lado y noté como sus ojos estaban húmedos, intenté sonreír para no preocuparla, pero no lo conseguí. Cerró sus ojos y apretó sus puños, y sin decir nada salió corriendo de la piscina. Me levanté del suelo, pero me mareé y la chica que se encontraba a mi lado me agarró del brazo, cuando más o menos me encontraba bien, salí de la piscina a buscar a Sally. Me vestí lo más rápido posible y luego llegué al gimnasio a buscarla. Allí estaba rodeada de tres chicos, uno de ellos, Colin. La escuchaba gritar y a ellos reír, me acerqué con miedo a ellos. Sally me miró a los ojos, pidiéndome que no me acercara con la mirada, pero no quería que le hicieran daño.

-¡Dejadla! -grité.
-Anda, mira quien está aquí -dijo Colin acercándose- pensaba que te habías quedado tirado en la piscina.
-Pues aquí me ves. Soy más fuerte que tú, Colin. Mucho más fuerte, no me vas a hacer daño, nunca más.
-¿Sabes? Tengo la moto aquí aparcada, también tengo unas cuerdas, justo para tus muñecas, si quieres luego podemos jugar -dijo riendo. El miedo me venció y agaché mi cabeza.

Sally comenzó a gritar, escuchaba golpes, pero apenas los escuchaba, como si estuviera sordo. El miedo me venció, pero escuché como Sally gritaba que no le quitaran la ropa, Sally pedía ayuda pero me sentía inmóvil, mis piernas no se movían y no parpadeaba. Escuché como por tercera vez Sally me pedía ayuda, aquella vez fue cuando reaccioné. Levanté la cabeza y ella estaba sin camiseta, ellos jugaban con ella, y si supiera que la vería así, no hubiera levantado la cabeza, pero algo me dio fuerza. Vi la cara de Sally mientras lloraba y gritaba para que le ayudara, apartaba a los chicos con las manos, pero ellos eran tres y mientras dos la agarraban el otro le quitaba la ropa. Su mirada triste me dolió tanto que fue lo que me dio fuerza para luchar contra ellos, o eso intenté. Me acerqué a Colin que le quitaba los pantalones de gimnasia a Sally. Le quité las manos y le di una patada en el costado, él se cayó al suelo y uno de los otros soltó a Sally y se acercó a mí para golpearme en la cara. Caí al suelo y mi cabeza chocó con el suelo, sin darme cuenta mis ojos comenzaron a cerrarse y poco a poco dejé de escuchar.

(Narra Harry)

Esperaba a Sally y Liam junto a Zayn, Ashley y Danielle. No llegaban y el timbre ya había tocado, no nos importaba perdernos la otra clase, ya que nos aburría muchísimo a los cuatro. Escuchamos unos gritos y era la voz de Sally, sin duda la reconocí. Miré a los chicos un poco extrañado, salí corriendo y entré en el gimnasio seguido por los demás, que estaban igual de preocupados que yo. Cuando entramos nos encontramos a Liam tirado en el suelo, con sangre y tres chicos rodeaban a una chica, sin duda era mi chica, mi Sally. Salí corriendo junto a Zayn, apreté mis puños y con todos mis fuerzas golpeé a Colin en la cara. Su ceja comenzó a sangrar, vi como Zayn iba a por el otro y Danielle y Ashley intentaban parar al otro. Sally salió corriendo y a los pocos segundos apareció con un algodón en la mano, y se lo acercó a Liam a la nariz. Éste abrió los ojos lentamente y ambos fueron a llamar a algunos monitores. Entre tres nos separaron y nos llevaron a la enfermería del instituto.

-¡Chicos! Pero, ¿qué os ha pasado? -preguntó el doctor Williams.
-Nada, sólo una pelea -dijo Colin.
-Una pelea bastante grave, ¿no?
-Tampoco tanto -dijo Zayn encogiéndose de hombros.
-Las chicas están bien, sólo los chicos están heridos.
-¿Me podéis explicar que es lo que ha pasado? -preguntó el director mientras entraba.
-Sólo ha sido una pelea, como la que hay todos los días, ya sabes... Colin y Harry se pelearon por Sally -dijo Liam mintiendo. Estaba deseando reír por la absurda mentira que dijo Liam, pero el director acabó colando.
-¿De verdad? -rió- No me sean infantiles.
-Lo siento, director, Sally es tan irresistible -dijo Colin riendo. Lo fulminé con la mirada.
-Te quieres callar de una vez -dije apretando mis puños.
-Tranquilo, Harry -dijo Sally agarrándome del hombro.

Cuando el doctor miró a todos salimos de la enfermería y seguimos al director hasta dirección. Pude notar como Liam y Sally no hablaron durante todo el tiempo que estuvimos allí, y me extrañó, pero no le di importancia. El director nos castigó, entre los nueve teníamos que montar el baile de primavera y después limpiarlo todo si no queríamos quedarnos sin baile. Asentimos, aunque Colin y los otros dijeron que no iban a hacer nada. Me tenían muy cansado estos tres y no me podía aguantar para darle una buena paliza, pero no podía hacerlo.

Las clases acabaron y cada uno nos fuimos a casa, excepto yo que me fui con Sally, ya que iba a estar con ella hasta que llegaran los demás. Íbamos a ir todos juntos con las chicas a que se compraran el vestido para el baile de primavera, estaba deseando ver a Sally con el puesto. Entramos en su casa, no había nadie. Ella suspiró y entró en la cocina para leer la nota que le dejó su madre en la mesa. No la leí, pero vi como ella abría el frigorífico, cogía el plato de comida y lo tiraba entero a la basura junto con la nota. El plato lo dejó en el fregadero y salió de la cocina. La seguí y entramos en su habitación. Soltamos las mochilas detrás de su puerta y nos sentamos en su escritorio para hacer los pocos deberes que teníamos aquel día. Noté como el labio me comenzaba a doler, me acerqué el dedo a la herida y vi que tenía sangre. Sally me miró un poco preocupada y entró en el baño, luego apareció con una pequeña caja blanca. Me senté en la cama y ella se colocó delante de mi para curarme el labio. Me acercó el algodón al labio y el líquido, me dolía mucho. Me quejé y me retiré.

-Harry, no duele.
-Claro que duele.
-Si te pones así, te dolerá más.

Suspiré y volví a colocarme bien. Mientras ella me daba despacio en el labio con el pequeño algodón me fijé en su rostro. Sus ojos no parpadeaban y sus boca estaba entreabierta, como solían hacer las chicas cuando se maquillaban. Intenté sonreír pero me comenzó a doler de nuevo. Tenía ganas de besarla pero sabía que me iba a doler y tuve que aguantarme. Suspiré y dejé que terminara. Ella me colocó una especie de tirita para que no echara más sangre. Me molestaba, pero era mucho mejor así. Cuando más o menos dejé de sangrar nos pusimos de nuevo a repasar las derivadas, ya que ese Viernes teníamos un examen muy importante de ese tema. Era para el primer examen que me esforzaba tanto. El timbre de la casa sonó, Sally miró por el balcón y bajó corriendo, luego escuché las voces de los demás. Cerré los libros, cogí mi móvil y salí de la habitación. Saludé a los demás y salimos de la casa. Danielle, Liam y yo íbamos en el coche de Sally, y Ashley y Zayn iban en la moto de éste último. Llegamos al centro comercial, íbamos detrás de las chicas, dejando que ellas hablaran entre ellas y corriendo entraran en la primera tienda que les gustaba. Cogieron varios vestidos cada una, nosotros tres nos sentamos en unos sillones que habían en la tienda justo al lado de los probadores. Primero salió Danielle con un vestido azul marino hermoso, le quedaba genial, pero yo sólo quería ver a Sally y su hermoso vestido verde agua que me cortó la respiración.